Nuestras economías actuales están basadas en métodos de producción y patrones de consumo que en muchas ocasiones suponen un arma de doble filo: a la vez que generan riqueza y empleos, degradan los ecosistemas sobre los que se sustentan.

En el caso de los modelos agrícolas y ganaderos vigentes, basados en el monocultivo a través de los cuales se busca la maximización de la rentabilidad económica de la inversión por hectárea, nos conduce a una progresiva degradación de los ecosistemas, por la excesiva simplificación de los mismos, la pérdida de biodiversidad, la utilización de pesticidas y fertilizantes de síntesis que destruyen la fertilidad y la vida de los suelos, contaminación de acuíferos y cauces fluviales, etc.

Viendo esta realidad y mirando al futuro, tendremos que caminar hacia una economía sólida y sostenible que solo se puede desarrollar sobre la base de ecosistemas sanos. Ante este panorama, es necesario regenerar los ecosistemas degradados para detener el agotamiento de los recursos naturales, activar las economías locales y al mismo tiempo, nos sirva de legado para las generaciones futuras.
Los ecosistemas funcionales son la base de esta economía sólida y sostenible, pues nos aportan bienes y servicios sobre los que se sustentan la sociedad. Entre otros, alimentos, suelos fértiles, secuestro de carbono, agua, refugio, medicinas, paisaje, conocimiento, reconocimiento, ocio y sentido de pertenencia.

En Sustraiak Habitat Design, desarrollamos proyectos que contribuyen a la regeneración, protección y respeto de la biodiversidad y de los ecosistemas, con la promoción de unos valores culturalmente aceptables, equitativos y asequibles a nivel económico, seguros y sanos a nivel nutricional y que permitan optimizar los recursos naturales y humanos. Para ello, nos apoyamos en la Permacultura, la Agricultura Regenerativa y en diferentes técnicas medioambientalmente sostenibles que trabajan desde la perspectiva de la dinámica de sistemas, imitando el funcionamiento de la naturaleza, utilizando recursos que se encuentran en el lugar o en sus proximidades, sobre la base de las éticas y valores del Bien Común. Con ello, conseguimos maximizar su potencialidad y su productividad, con el mínimo gasto de energía, mientras conseguimos la regeneración del paisaje.

De esta forma, conseguimos desarrollar diseños integrales que incluyen la diversificación de zonas productivas y diferentes elementos tales como bosques comestibles, barreras vivas, diseño hidrológico, tratamiento de aguas natural, compostaje, bioingeniería, bioconstrucción, energías renovables, infraestructuras para pequeñas producciones artesanas, etc.

En definitiva, proyectos que regeneran el terreno que habitan y que se adaptan a las necesidades de cada caso, ya sean estas productivas, recreativas, comunitarias o de ocio y orientado a la generación de empleo local.

Regenerar las funciones de los ecosistemas es regenerar nuestra economía

Según la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de 2005, los servicios ecosistémicos que proporciona la regeneración ecológica son:

• servicios de abastecimiento: alimentos, cultivos, alimentos de origen silvestre, especias, agua, productos medicinales, farmacéuticos, bioquímicos e industriales y energía (combustibles de biomasa);
• servicios de regulación: secuestro de carbono y regulación del clima; descomposición y detoxificación del agua, purificación del agua y el aire, polinización de cultivos, control de plagas y enfermedades;
• servicios de apoyo: dispersión y ciclo de nutrientes, dispersión de semillas, producción primaria, infraestructura y vivienda;
• servicios culturales: inspiración cultural, intelectual y espiritual, ocio (ecoturismo), descubrimientos científicos.

El desarrollo de este tipo proyectos que regeneran los ecosistemas y el entorno, conllevan la recuperación de estos bienes y servicios que quedarán a disposición de la comunidad y de la sociedad en su conjunto.